martes, 27 de diciembre de 2011

Nunca es tarde.

Hay momentos en la vida, en que una sola decisión, en un solo instante, cambia irremediablemente el curso de las cosas. Cuando decides disparar a alguien, cuando decides quererlo o no quererlo, cuando decides tirar para adelante, cuando decides mentir, traicionar, ocultar, o cruzar la línea. Esa décima de segundo, podrá hacer girar todo al lado oscuro, o inundarlo de luz. Podrá hacer de ti un héroe o un criminal. Podrá llevarte al cielo o al infierno. Pero siempre será un lugar desde el cual no podrás volver atrás.
O SÍ...

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