viernes, 30 de marzo de 2012
miércoles, 28 de marzo de 2012
domingo, 25 de marzo de 2012
19.
Con viento del este hiciste una cama,
soplaste sobre ella para templarla
y con el murmullo de tu voz de agua
me cantabas nanas sin letra.
Y dormíamos tan juntos que amanecíamos siameses,
y medíamos el tiempo en latidos.
Y en tus dedos yo tocaba mis canciones,
dedos de teclas de celesta.
Y tu pulso tamborileaba en mis sienes y muñecas
como diminutas patas de ciempiés,
y nos repartíamos los labios, y los dientes, y el hipo,
y del alfabeto las impares...
soplaste sobre ella para templarla
y con el murmullo de tu voz de agua
me cantabas nanas sin letra.
Y dormíamos tan juntos que amanecíamos siameses,
y medíamos el tiempo en latidos.
Y en tus dedos yo tocaba mis canciones,
dedos de teclas de celesta.
Y tu pulso tamborileaba en mis sienes y muñecas
como diminutas patas de ciempiés,
y nos repartíamos los labios, y los dientes, y el hipo,
y del alfabeto las impares...
Maga
sábado, 24 de marzo de 2012
viernes, 23 de marzo de 2012
A mi silencio, él respondía con el suyo.
"Fue así como de pronto comprendí que él seguía mi juego, aceptando mi reto para demostrarme que su dolor era mucho más grande que el mío."
El sur, Victor Erice
miércoles, 21 de marzo de 2012
No olviden que a pesar de todo lo que les digan, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo. Les contaré un secreto: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana; y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería... son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son cosas que nos mantienen vivos.
El Club de los Poetas Muertos
jueves, 15 de marzo de 2012
No me interesan los desnudos, son demasiado pretenciosos, lo que de verdad me interesa es la piel.
Me interesa la piel y todo lo que en ella se pueda leer.
Las marcas que dejan unas medias en la cintura, o unos calcetines en los tobillos. O las sábanas en la cara aquel día que habrías preferido no levantarte y quedarte bien tapada hasta que el sol derritiera la nieve que supuestamente había caído. Pero no te lo podías permitir y además tenías que salir de casa pitando y sin desayunar por el puñetero miedo que tienes a perder trenes y aviones. Supongo que los miedos son así, que uno se debería estudiar mucho a uno mismo para saber de dónde vienen y poder vencerlos. (Lo que todavía no entiendo es que, a pesar de no haber urgado en éste en concreto, no desaparezca después de tantos largos ratos de plantón en andenes o en salas de espera en múltiples terminales X de aeropuertos minúsculos y perdidos entre campos poblados únicamente por vacas. “Nunca más cogeré un vuelo de Ryanair”. Mentira.)
Hay muchos tipos de marcas. Por ejemplo aquellas que te dejó en la tripa, en la nuca y detrás de las rodillas aquel señor semi-invisible al que una vez denominaste “pequeño imprevisto”. Recuerda que tardaste años en dejar de verlas y que llegó un momento de desesperación en el que el proceso parecía no acabar nunca. O la que tienes ahora mismo en la rodilla. Impresiona bastante (es multicolor). Menudo batacazo os pegasteis el viernes. Que las pocas personas que andaban por la calle a aquellas horas a pesar del frío polar, se pararan para ver si todo estaba bien, parece ilustrar perfectamente la magnitud de la caída.
Tal vez también fue multicolor.
Una vez tuve una profesora de dibujo que nos obligaba a hacer grisallas sobre un papel canson rugoso que yo odiaba. Sacábamos una regla y organizábamos el espacio con una precisión exacta (cosa que también odiaba, qué queréis que os diga, prefiero el caos y los dibujos a mano alzada). Hacíamos un rectángulo alargadísimo que dividíamos en celdas de 5cm de ancho. La primera era de un blanco puro, de un blanco luminoso. Y la última del negro más oscuro que podíamos conseguir con aquel carboncillo largo y grueso que vendían en la tienda de la facultad. “Entre el blanco y el negro hay gran cantidad de grises. Debéis esforzaros en encontrar al menos, veinte”.
El pequeño imprevisto tardó mucho tiempo en desaparecer, y el cardenal de la rodilla tal vez se quede contigo unas semanas, pero es que no se puede pasar de un estado al otro con tanta facilidad, se tienen que trabajar bien las gradaciones. Se tiene que saber disfrutar de los grises.
Siri Hustvedt@Paula Bonet
jueves, 1 de marzo de 2012
Invisible
Invisible, 2011 Wilma Hurskainen
"I admired chameleons very much. I didn’t know yet that not only chameleons but also other lizards and eg many insects, frogs, fish, seahorses and beetles can change their colours. It is commonly assumed that chameleons change their colours according to the background but that is not true. They change their colour mainly for communication purposes or, as I read in a book, to suit their moods. I also used to admire squirrels and European hares and other animals that changed their camouflaging or were otherwise able to hide in their environment such as lions, tigers and zebras. However, from the photographs it seemed that the colouring of zebras did not resemble the colours of the African savannah. Later I found out that lions hunting for zebras are colour blind. Furthermore, zebras in a herd form a striped mass that makes it difficult for lions to spot individual zebras. On the other hand, zebras are also colour blind and cannot tell a yellow lion from green grass…"
Texto y fotografía: Wilma Hurskainen
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